Ha llegado el final de nuestra participación en el Torneo Nacional U16, organizado por la Federación Ecuatoriana de Baloncesto (FEB).
Después de disputar la fase regular, nos ubicamos en el puesto 12, lo que nos llevó a integrar el Grupo B de la Copa Bronce, cuya serie se desarrolló en la provincia de Manabí. Durante cada juego, nuestros chicos salieron a la cancha con el corazón por delante, dejando todo en defensa y ataque, luchando cada rebote, cada balón, cada punto… porque el baloncesto es eso: esfuerzo, pasión y entrega.
Los resultados no fueron los que esperamos, y nos ubicamos 4º del grupo. Pero más allá del marcador, este torneo nos enseñó algo que vale tanto como una victoria: la importancia de saber perder para aprender a ganar. Cada derrota trae consigo una lección; cada caída nos impulsa a levantarnos con más fuerza, y cada partido vivido juntos nos fortalece como equipo y como familia.

Queremos reconocer a nuestros guerreros U16, quienes representaron a nuestro club con compromiso y orgullo:
- Mathieu Alexander Yupangui Sanchez
- Jorman Gabriel Yanez Escobar
- Dylan Zaid Lopez Ochoa
- Joaquin Ariel Gallo Vinueza
- Gabriel Guerrero Vasconez
- Alejandro Rafael Guerrero Taco
- Esteban Nicolas Valencia Saldaña
- Israel Francisco Barragan Nieto
- Julian Antonio Gualotuña Velasco
- Josue Alexander Montenegro Vera
- Juan Jose Lara Jaramillo
- Emilio Alejandro Villavicencio Santana
- Juliano Ibrahim Alcivar Mera
Gracias, chicos, por cada entrenamiento, por cada gota de sudor, por la disciplina y la entrega en la cancha. Ustedes nos demostraron que la verdadera victoria está en nunca rendirse, en luchar hasta el final y en aprender de cada experiencia.
Y un agradecimiento muy especial a los padres de familia, quienes nos acompañaron en todo momento. Gracias por el apoyo incondicional, por confiar en el proceso, por alentar y ser parte de esta familia deportiva. Su respaldo es el motor que impulsa a estos jóvenes a seguir persiguiendo sus sueños.
Nos vamos de este torneo con la cabeza en alto, con la certeza de que este es solo el comienzo. Ya tendremos nuestra revancha, y ahora más que nunca, seguiremos trabajando día a día para crecer como jugadores, como equipo y como personas.
Porque en el baloncesto, como en la vida, perder enseña, ganar recompensa y nunca rendirse nos define.


